Van Gogh: la verdad sobre su oreja

Van Gogh estaba loco y era un alcohólico empedernido. En uno de sus viajes a París tuvo problemas con la administración de un hotel porque su factura estaba excedida 17 francos de lo estipulado. La diferencia estuvo en que, a causa de una enfermedad que lo aquejó más de una semana, pidió que le llevaran vino de mejor calidad. De hecho, en las cartas que le enviaba a su hermano Theo dejó bien en claro que prefería beber a comer. "Si nos sentimos en buen estado de salud, podemos vivir con un mendrugo de pan, a la vez que se trabaja todo el día, y así quedan todavía fuerzas para fumar y echar un trago, cosas necesarias en tales condiciones", escribió.

Su oreja mutilada es tal vez la anécdota más conocida de su tormentosa vida. Aunque pocos conocen su verdadera historia.

Vincent era íntimo amigo de Paul Gauguin, otro artista plástico, también impresionista. Para él pintó la serie completa de sus famosos girasoles. Gaugin era una persona muy soberbia y constantemente estaba regañando a Vincent. Principalmente le decía que no podía pintar al aire libre temáticas que eran de taller. Cansado de ser maltratado, una tarde intentó agredirlo con una navaja de afeitar. Gaugin esquivó el ataque y huyó de la casa. Vincent, arrepentido, se cortó el lóbulo de su oreja derecha con esa misma navaja.

Con la cara ensangrentada, se fue hasta el prostíbulo donde trabajaba su amiga Rachell, y le entregó su lóbulo envuelto en un pañuelo. Le pidió que se lo lleve a Gaugin en señal de disculpas. Cuando ella recibió el lóbulo, Vincent ya se había ido. Fue la policía a buscarlo; lo encontraron tendido en el sillón de su casa medio desmayado. Ya no iba a recuperarse de su esquizofrenia. El tejido fue puesto en un frasco con alcohol por si era necesario como evidencia. Meses después fue desechado.

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Imágenes de Van Gogh
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