La producción de energías alternativas es una de las principales preocupaciones -y ocupaciones- del escenario científico contemporáneo. Se habla de una crisis de hidrocarburos, de la necesidad de remplazar todas las variables que no contemplan el cuidado del medioambiente y de optimizar el aprovechamiento de la materia prima. El artista alemán Markus Kayser se alista en la búsqueda de nuevas opciones y propone dos obras, Solar Sinter (2011) y Sun Cutter (2010), que utilizan la energía solar para crear y modificar objetos a partir de sistemas tecnológicos simples ubicados en zonas desérticas.
El artista señala que hay dos elementos dominantes en los desiertos de todo el mundo: el sol y la arena. El primero es la fuente de energía más potente jamás conocida, el último es una reserva ilimitada de sílice en forma de cuarzo. Esta observación, lineal e inmediata, le sirvió como disparador para pensar en una máquina que reúna ambos elementos a través de un proceso tecnológico. El resultado fue el Solar Sinter, un dispositivo capaz de calentar la arena a punto de fusión: la arena se convierte en cristal, el cristal, una vez que se enfría, genera una pequeña escultura.
La obra está equipada con una lente de Fresnel (1,4 x 1,0 metros) para enfocar un haz de luz solar que permite generar una temperatura de entre 1400 y 1600 grados centígrados. A medida que el sol gira, una serie de sensores fotosensibles hacen que la máquina se desplace sobre su base para asegurar siempre el nivel óptimo de calor. Dos paneles fotovoltaicos proporcionan electricidad para cargar una batería, que a su vez mueve los motores y activa los componentes a electrónicos; también actúan como contrapeso para la lente con la ayuda de botellas llenas de arena.
A un costado se instala un teclado, una pantalla LCD y un tablero electrónico donde se pueden cargar archivos con códigos de dibujo. El dispositivo se mueve bajo coordenadas X-Y, a una velocidad precisa para concentrar la temperatura. Capa por capa, el objeto se construye dentro de los límites de una caja de arena. Una vez finalizados, los objetos tienen cara rugosa inversa de arena, mientras que la superficie superior es de vidrio duro. El color exacto del cristal depende de la composición de la arena.
Kayser encuentra en Solar Sinter una relectura del proceso de sinterización, que en los últimos años se ha convertido en una actividad central para la creación de prototipos de diseño. Se lo conoce industrialmente como impresión 3D o SLS (sinterización selectiva por láser) y utiliza una amplia variedad de polvos plásticos, resinas y metales. “La obra combina la energía natural y material con la tecnología de producción. El objetivo principal es plantear interrogantes sobre el futuro de la fabricación y utilizar del modo más eficiente los recursos naturales. Si bien no es dar respuestas definitivas, este experimento pretende ofrecer un punto de partida para nuevas ideas”, apunta.
En el contexto de una comunidad que vive en el desierto -continúa Kayser- la máquina de sinterización solar también puede actuar como un catalizador para las necesidades más inmediatas. Incluso, de lograr un mayor desarrollo, se podrían diseñar soldadoras, cortadoras, plegadoras y fundidoras solares, entre otras herramientas, para construir un taller en pleno de desierto, basado exclusivamente en la energía solar. “Los grupos que se dedican al desarrollo del código abierto, notablemente activos en la fabricación de software y hardware, podrían desempeñar un papel clave. Solar Sinter, queda claro, es un primer paso para un gran abanico de nuevas aplicaciones”.
Otra posibilidad que señala el artista es la de trabajar sobre una arquitectura desértica en base a esta misma metodología: construir ambientes, diseñar viviendas de cristal, lo cual abriría una nueva gramática social en zonas donde antes era imposible pensar en un desarrollo comunitario sustentable y accesible.
Las primeras experiencias dentro de esta línea las realizó en agosto de 2010. Su primera máquina solar se tituló Sun Cutter, la intención fue utilizar la energía solar para generar cortes semiautomáticos en madera y superficies duras, a partir de un lente-bola de cristal. Es un dispositivo creado con tecnología simple (lowtech) y de bajo consumo. Kayser señala que el proyecto es también un análisis acerca de la producción mecanizada analógica, originaria de una era predigital y autómata.
El Sun Cutter utiliza un sistema de levas -también se desplazan en coordenadas X-Y- para controlar la forma del corte. El movimiento está generado por un pequeño motor que se desplaza con la ayuda de una correa de distribución. Cada corte creado es único, ya que no es perfecto ni constante. Siempre está supeditado a las condiciones meteorológicas.
Las pruebas se realizaron en el desierto del Sahara, cerca de Siwa, Egipto. Fueron dos semanas de trabajo intensivo, afortunadamente con resultados exitosos. “Estas máquinas y sus capacidades abren un camino hacia lo que yo imagino como una herramienta de la nueva producción: energía solar de gran potencial”, subraya.
Los dos nuevos proyectos de Markus Kayser generaron gran repercusión en los cinco continentes, la clave está en la propuesta, definitivamente contemporánea, de reinterpretar procesos industriales sin la necesidad de recaer en fuentes energéticas convencionales, sin perder de vista exigencias medioambientales y redefiniendo barreras geográficas. Hay un enlace con el concepto -a esta altura clásico- de hacer uso del desuso.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
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2 comentarios:
La alternativas de emplear diversidad de uso de energi y ahorra mas el medio ambiente pero eso no es negocio para el gobierno ni empresas debemos cuidar nuestro habitat
Algo de eso hay, sin dudas. Este tipo de artistas mueven a una reflexión sobre temáticas medioambientales muy contemporáneas.
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