Únicamente máquinas de escribir. Jeremy Mayer es un artista transformador, género que también puede encontrarse como reciclaje creativo. Convierte las viejas maquinas de escribir en esculturas y robots. El resultado es sorprendente, las obras parecen viajeros del tiempo, personajes de ciencia ficción llegados de principios del siglo pasado, automáticos a baja escala.
Mayer es un loquito de las ciencias. Su búsqueda conceptual es emular a la naturaleza. “Me detengo en cualquier adelanto científico y sigo todo aquello que se relacione con sistemas naturales. Me fascina la ingeniería molecular y la biotecnología. Considero que son los dos grandes campos desde donde luego se ramifican las nuevas tecnologías. Estos saberes son los que alimentan mis esculturas”, comenta.
Su trabajo es desarmar las máquinas de escribir y reensamblarlas en figuras humanas. No utiliza soldaduras, ni pegamentos ni ningún tratamiento que necesite calor. Con las mismas piezas de las máquinas arma sus esculturas, sin agregados de ningún tipo.
Comenzó su carrera en 1994, en un pequeño pueblo estadounidense, en el estado de Iowa. La máquina es para él un producto de la naturaleza, diseñada por mentes inmersas en la naturaleza que los rodea: las curvas, la geometría, el intrincado mapa de procesos psicológicos que conforman la vida.
Jeremy Mayer
martes, 28 de abril de 2009
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1 comentarios:
Impresionante!!!!!
Zarpado este blog, me encanta.
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