La piel dejó de ser la barrera inalterable que contiene y define el cuerpo en el espacio. Está en continua transmutación. Por eso es urgente hacerse cargo de las consecuencias de este proceso, apuntar hacia los implantes digitales y la ingeniería genética, que son los principales protagonistas de las modificaciones más profundas en el arte, la vida social, médica, política y económica del siglo XXI. El concepto pertenece a Eduardo Kac (1962), padre del arte transgénico y figura que sacudió a fines de los 90’ la escena del arte contemporáneo con su obra Alba, una coneja alterada genéticamente que emite un fulgor verde fosforescente.
Sus proyectos no pretenden ser útiles, sino intervenciones simbólicas. Kac sostiene que si los avances de la genética modifican nuestra sociedad, la única manera de reflexionar sobre estos cambios a través del arte es utilizando las mismas herramientas y técnicas que los científicos.
Cuando Alba apareció en escena, se desencadenaron discusiones feroces. Misión cumplida: la obra no consistía únicamente en crear un ser transgénico sino en convivir con él y provocar un debate alrededor de su existencia. Kac nunca pudo convivir con su mascota, los responsables del Instituto de Investigación Agronómica de Francia, donde la coneja fue creada, nunca le entregaron el animal al artista. Aún así, la discusión ya estaba instalada.
Kac expuso a modo de defensa que hay un error grueso en determinados organismos que son considerados naturales y que en realidad son creación del hombre. Por ejemplo, el perro doméstico, el hombre lo ha moldeado durante más de cincuenta mil años hasta convertirlo en lo que es hoy. Es decir, en cierto sentido, se trata de un organismo artificial.
Este artista brasileño también desarrolló otros proyectos: Genesis, un modelo de bacteria que creó en su propia computadora que fue enviado por correo electrónico a un laboratorio donde fue sintetizado y devuelto en forma física, y Octavo Día, una ecología transgénica formada por ratones, plantas y peces, todos modificados con el gen de la medusa y al igual que Alba producen un brillo verde.
Lo novedoso en este último proyecto es la participación de un Biobot que se mueve en el espacio de acuerdo con la actividad de estos organismos, y se maneja desde una página web. Ni las amebas ni el hombre tienen un control total sobre el dispositivo, con lo que el robot se convierte en un lugar de interacción entre organismos y participantes. Además, el biobot a través de una cámara ofrece una perspectiva en primera persona del ecosistema transgénico. Todos los animales fueron creados por un equipo de 18 científicos de la universidad de Arizona.
Lo han acusado de crear seres imposibles y fue fuertemente criticado por instituciones ecologistas conservadoras y católicas. Desde el concepto, Eduardo Kac es uno de los artistas más controvertidos de los últimos años. Sus reflexiones iluminaron agujeros conflictivos para el pensamiento científico, artístico y filosófico.
jueves, 7 de mayo de 2009
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2 comentarios:
interesante artista, no sabía de él...
excelente aporte!!!
Buena onda. Muy loco.
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