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arte contemporáneo - biografías inéditas - ensayos


Marina Abramovic

Ella: víctima y verdugo. El soporte artístico es su propio cuerpo. El arte de la yugoslava Marina Abramovic (1946) desafía los límites de la resistencia física y moral, sus performances reflexionan sobre el comportamiento de la mente y el organismo, tanto en sí misma como en el efecto que producen en sus espectadores.

Su primera acción, Ritmo 10, basada en elementos rituales y la exploración de la gestualidad, data de 1973. Utilizó veinte cuchillos y dos grabadoras de cinta. Arrodillada en el suelo, ejecutó el juego ruso de dar golpes rítmicos de cuchillo entre los dedos abiertos de su mano. Cada vez que se cortaba, tomaba un nuevo cuchillo. Mientras, la cinta registró cada sonido. Después de cortarse veinte veces, reprodujo la grabación y trató de repetir los mismos movimientos y errores. La intención fue trazar una conexión entre el pasado y el presente, tomando como punto de partida el estado de conciencia del artista.

Un año más tarde, en Ritmo 2, trabajó sobre los fármacos para incorporar en sus performances el estado de inconciencia. En una primera instancia, tomó una pastilla para tratar la catatonia (desconexión del mundo exterior). Su cuerpo reaccionó con espasmos, su mente se conservó lúcida. Diez minutos después, tomó un antidepresivo que la dejó completamente inmóvil. Esta performance fue el puntapié inicial para una serie de experimentos artísticos sobre la relación cuerpo-mente que desarrolló, años después, en el desierto australiano y el Tibet.

La performance que la ubicó en las primeras planas del mundillo contemporáneo fue Ritmo 0, donde tomó un rol pasivo frente a al público, que podía actuar sobre ella sin reparo alguno. Abramovic colocó 72 objetos sobre una mesa, desde hilos hasta pistolas cargadas y látigos. Cada cual podía elegir qué usar y cómo sobre su cuerpo. Fueron más de seis horas, en un principio el intercambio fue liviano, pero a medida que el público fue tomando confianza las acciones se fueron tornando cada vez más violentas, hasta llegar a un extremo peligroso.

En 1976, se mudó a Ámsterdam, donde comenzó a trabajar con Ulay (su nombre verdadero es Uwe Laysiepen). El eje de sus performances fue el ego, la fragilidad de la vida y la identidad artística. En Breathing in/Breathing Out (1977), por ejemplo, unieron sus labios y aspiraron el aire que iban expeliendo hasta agotar todo el oxígeno disponible. Exactamente a los 17 minutos ambos cayeron al piso inconscientes, porque sus pulmones se habían llenado de dióxido de carbono. La búsqueda fue reflejar cómo una persona puede absorber la vida de otra persona para modificarla y destruirla. En Light/Dark (1977) se abofetearon el uno al otro, cada vez más violentamente, durante 20 minutos.

Una de las más increíbles fue Rest Energy (1980), él sostuvo un arco tirante, cargado con una flecha real, apuntando al corazón de ella. Únicamente la fuerza de sus cuerpos mantenían en pie ese esquema peligrosísimo y sin margen de error. Un set de micrófonos registraron cómo se aceleraba el pulso de ambos. La separación del dúo fue en 1988. Marina y Ullay caminaron la Gran Muralla China desde extremos opuestos hasta encontrarse.

En más de una oportunidad, Abramovic salvó su vida porque intervinieron espectadores. En sus performances ha quedado inconciente, asfixiada entre llamas y con heridas de gravedad. Desde sus primeras obras, intenta crear un arte que perturbe, donde el público no pueda perder atención de lo que esté pasando. Abramovic usa el peligro como forma de concentración, como conciencia de un presente absoluto.

Marina Abramovic & Ulay - Expanding in Space

2 comentarios:

27 mayo, 2009 Lukas DG dijo...

tremendo!!!! estos si que eran artistas conceptuales con todas las letras...

saludos

27 mayo, 2009 Anónimo dijo...

Sí, tremendo.
No sabía que existían cosas así.