Aunque su nombre ya sonaba con fuerza en el mundillo del arte contemporáneo, el salto a la masividad lo dio en 2008; fue el encargado de diseñar los fuegos artificiales de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing. Cai Guo-Quiang (1957), además de ser el artista chino mejor cotizado, ha desarrollado una obra de alto impacto estético y conceptual. Sus instalaciones enlazan elementos milenarios de la cultura china y los empuja al presente para interpretarlos en relación con el avance tecnológico, la imprevisibilidad y la destrucción creativa.
El primer quiebre en su trayectoria sucedió en 1989, cuando comenzó a incluir en sus muestras dibujos con pólvora. Ese mismo año se lanzó al estudio de astrofísica. Las publicaciones del científico Stephen Hawkins sobre cosmología, agujeros negros y física cuántica lo incentivaron a darle vida a su serie icónica Proyectos para extraterrestres, donde conecta el mundo visible y el invisible a partir de un análisis sobre el hombre, la naturaleza y el cosmos. El proyecto –cuya serie aún no está concluida- se sustenta en explosiones a gran escala que generan sonido e imágenes en el aire.
Al año siguiente exhibió 45.5 Cráteres de meteorito hechos por humanos en su planeta de 45.5 cientos de millones de años: Proyecto para extraterrestres Nº3. Fue su primera muestra en occidente y le significó ingresar en los círculos más prestigiosos de la crítica europea. La serie de proyectos para extraterrestres, hasta el momento, tiene más de quince episodios.
Una de sus obras más impactantes es Borrowing Your Enemy's Arrows (1998), que consiste en un barco pesquero armado con 3000 flechas, que Cai expuso en Nueva York junto con una serie de dibujos y videoinstalaciones.
En el 2000, trabajó sobre el concepto y la práctica de la energía geomántica para desarrollar su obra ¿Cómo está tu Feng Shui?, proyecto para Manhattan en el 2000, donde ofreció remedios Feng Shui a los visitantes de la 2000 Whitney Biennal en el Whitney Museum of American Art de Nueva York. En el 2001 hizo un regreso fugaz al óleo; le dio vida a la exposición Cai Guo-Quiang: Impresson oil drawings, donde representó, inspirado en la estética del Greco, impresiones y escenas de proyectos de sus explosiones. Y al año siguiente rindió un homenaje a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas: dibujó un arco iris negro en el aire con explosiones de pólvora. "Hay un paralelismo entre el espectáculo pirotécnico y hacer el amor", dijo en aquella oportunidad. "No se puede ensayar. Hay que vivir la experiencia en directo".
A partir de ese año comenzó la etapa más impresionante de su producción. En 2004 mostró la famosísima Inopportune: Stage One (2004), realizada con nueve autos suspendidos del techo del museo Guggenheim, atravesados con líneas de luces de colores que representan el momento en que todos los vehículos explotan por los aires. En 2006 montó Head on, un conjunto de réplicas de lobos que avanzan hasta estrellarse contra un muro transparente. Cai recupera en esta etapa la simbología china e inicia un intercambio dialéctico entre dicotomías: naturaleza-artificial; local-global; cultura-barbarie. Es un rescate poético que ubica a los espectadores cara a cara con la enormidad universal que los rodea.
Su última gran muestra lleva como título I want to belive y tuvo lugar en el Guggenheim de Bilbao. Cai Guo-Quiang diseñó la puesta como un proceso espacio-temporal, trabajó sobre las transformaciones en base a lo material y la conectividad. La puesta está netamente definida dentro de los márgenes ideológicos del socialismo. Cai sobrevuela un nuevo paradigma artístico que deja de lado choques entre tópicos comunes y tradicionales (oriente-occidente; periferia-centro). El título de la muestra está basado en esa superación.
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Imágenes de Cai Guo-Quiang
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Video – Arco iris negro
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Cai Guo-Qiang en el Guggenheim Bilbao
El primer quiebre en su trayectoria sucedió en 1989, cuando comenzó a incluir en sus muestras dibujos con pólvora. Ese mismo año se lanzó al estudio de astrofísica. Las publicaciones del científico Stephen Hawkins sobre cosmología, agujeros negros y física cuántica lo incentivaron a darle vida a su serie icónica Proyectos para extraterrestres, donde conecta el mundo visible y el invisible a partir de un análisis sobre el hombre, la naturaleza y el cosmos. El proyecto –cuya serie aún no está concluida- se sustenta en explosiones a gran escala que generan sonido e imágenes en el aire.
Al año siguiente exhibió 45.5 Cráteres de meteorito hechos por humanos en su planeta de 45.5 cientos de millones de años: Proyecto para extraterrestres Nº3. Fue su primera muestra en occidente y le significó ingresar en los círculos más prestigiosos de la crítica europea. La serie de proyectos para extraterrestres, hasta el momento, tiene más de quince episodios.
Una de sus obras más impactantes es Borrowing Your Enemy's Arrows (1998), que consiste en un barco pesquero armado con 3000 flechas, que Cai expuso en Nueva York junto con una serie de dibujos y videoinstalaciones.
En el 2000, trabajó sobre el concepto y la práctica de la energía geomántica para desarrollar su obra ¿Cómo está tu Feng Shui?, proyecto para Manhattan en el 2000, donde ofreció remedios Feng Shui a los visitantes de la 2000 Whitney Biennal en el Whitney Museum of American Art de Nueva York. En el 2001 hizo un regreso fugaz al óleo; le dio vida a la exposición Cai Guo-Quiang: Impresson oil drawings, donde representó, inspirado en la estética del Greco, impresiones y escenas de proyectos de sus explosiones. Y al año siguiente rindió un homenaje a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas: dibujó un arco iris negro en el aire con explosiones de pólvora. "Hay un paralelismo entre el espectáculo pirotécnico y hacer el amor", dijo en aquella oportunidad. "No se puede ensayar. Hay que vivir la experiencia en directo".
A partir de ese año comenzó la etapa más impresionante de su producción. En 2004 mostró la famosísima Inopportune: Stage One (2004), realizada con nueve autos suspendidos del techo del museo Guggenheim, atravesados con líneas de luces de colores que representan el momento en que todos los vehículos explotan por los aires. En 2006 montó Head on, un conjunto de réplicas de lobos que avanzan hasta estrellarse contra un muro transparente. Cai recupera en esta etapa la simbología china e inicia un intercambio dialéctico entre dicotomías: naturaleza-artificial; local-global; cultura-barbarie. Es un rescate poético que ubica a los espectadores cara a cara con la enormidad universal que los rodea.
Su última gran muestra lleva como título I want to belive y tuvo lugar en el Guggenheim de Bilbao. Cai Guo-Quiang diseñó la puesta como un proceso espacio-temporal, trabajó sobre las transformaciones en base a lo material y la conectividad. La puesta está netamente definida dentro de los márgenes ideológicos del socialismo. Cai sobrevuela un nuevo paradigma artístico que deja de lado choques entre tópicos comunes y tradicionales (oriente-occidente; periferia-centro). El título de la muestra está basado en esa superación.
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Video – Arco iris negro
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Cai Guo-Qiang en el Guggenheim Bilbao
1 comentarios:
increíble. es un artista para seguir bien de cerca, uno de los maestros contemporáneos. vi una muestra de él en ny en el 2004. me quedé muy enganchada con todo lo que hace. gran artículo y el blog es maravilloso.
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