El impacto social y las posibilidades comunicativas de las nuevas tecnologías conforman el corpus de la obra del joven artista Aaron Koblin, especialista en visualización de datos digitales, integrante del laboratorio creativo de Google. Su trabajo explora la infraestructura del inmenso caudal de datos que segundo a segundo circulan a lo largo del planeta y los examina desde una óptica sociocultural.
Su producción es estéticamente atípica; el valor de sus creaciones está en la materialización de un proceso que reúne distintas potencialidades del universo digital. A través de ideas de claro corte artístico, Koblin desarrolla programas (software) y sistemas que permiten exponer visualmente los cambios y movimientos del mundo cotidiano e invisible del intercambio de información.
La obra Bicycle Built for Two Thousand consta de 2088 voces grabadas, recolectadas a través de internet, mezcladas y ensambladas en la canción Daisy Bell. Cada uno de los participantes escuchó un segundo de la composición original y grabó libremente una imitación sin saber cómo quedaría la pieza final. El resultado es una versión del clásico de 1892, grabada a partir de voces de distintas partes del mundo. Koblin pagó, vía internet, 6 centavos de dólar por cada fragmento musical; participó gente de 71 países, especialmente de Estados Unidos, India, Canadá, Inglaterra, Macedonia, Filipinas, Rumania, Italia y Pakistán.
Uno de sus trabajos más conocidos es el video que realizó a mediados de 2008 para la canción House of cards, de la banda inglesa Radiohead. Koblin desarrolló una tecnología que, sin utilizar cámaras ni luces, captura información digital en base a un ploteo que reconoce formas y distancias en el espacio. El video es íntegramente la visualización de esos datos. El concepto fue crear un videoclip sin video.
Para Ten Thousand Cents el artista creó la representación de un billete de cien dólares con 10 mil píxeles dibujados por 10 mil usuarios de internet. El costo de la obra fue de 100 dólares, un centavo por cada píxel, acorde al valor del billete representado. La obra está exhibida en un archivo interactivo donde se puede ver, a libre elección, cómo fue pintado cada píxel. El proyecto, según explica Koblin, es una reflexión sobre el trabajo en los mercados virtuales, las economías ficticias y las reproducciones digitales de objetos cargados de valor simbólico.
Las obras New York Talk Exchange y Flight Patterns se desarrollan desde el mismo concepto: hacer visible lo invisible. New York…es una experiencia realizada exclusivamente para el MoMA que presenta, en un mapa visual y en tiempo real, los movimientos de todos los sistemas informativos que conectan a la ciudad de Nueva York con el resto del mundo. Y Flights… es la exposición de los datos de todo un día de la United States federal aviation administration, procesados para crear animaciones con las líneas de vuelos, tráfico aéreo y patrones de densidad. El resultado es un extraño dibujo conformado por líneas finísimas de colores que crece y decrece de acuerdo al momento del día.
La ciencia y el arte en el siglo XXI enfrentan un durísimo desafío sobre la relación tiempo-espacio y sobre la inmaterialidad de los territorios donde se desarrolla gran parte de la vida del hombre contemporáneo. Aaron Koblin es un puente hacia el desocultamiento (gracias Heidegger) de esos nuevos mapas sociales.
House of cards - Radiohead
2 comentarios:
Buenisimo! este blog es lo maximo.
impresionante
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