La obra como resultado o la obra en tanto su proceso. Esta dicotomía propone ubicarse en lugares bien distintos, o se destaca a una pieza por su calidad como pieza, o se destaca por la complejidad del proceso de producción. Algunas preguntas: ¿Importa que una obra haya sido esculpida en el aire durante un viaje en parapente?. ¿A cien metros de profundidad en las aguas del mar negro?. ¿Conteniendo la respiración?. No. La obra vale por su condición de obra terminada. Salvo que la obra sea el proceso, arte efímero, pero ese es otro tema.
El fotógrafo argentino Gerardo Repetto (1976) es uno de los pocos artistas que encuentran un pulso creativo tanto en el proceso como en la obra tangible. El ejercicio de capturar imágenes adopta en Repetto un tinte experimental, donde se cruzan diversas disciplinas artísticas, especialmente en el estudio de la luz para componer. Una buena parte de sus creaciones se basa en los principios de la heliografía, una técnica que permite plasmar una imagen sobre cualquier soporte mediante un fluido fotosensible. El problema de la heliografía es que se necesitan más de seis horas de exposición para crear la imagen, lo cual es visiblemente incómodo cuando se trabaja, por ejemplo, con un modelo vivo. Repetto explica que la elección de la heliografía está relacionada con una resistencia a determinadas exigencias que caracterizan a la fotografía contemporánea.
La serie 222 fósforos de madera consta de 222 piezas de 5,5 x 8 cm. El concepto es crear una sucesión de objetos colocados directamente sobre papel fotográfico e impresos por acción de la luz del mismo fósforo. Es decir, se ubicó un fósforo sobre el papel sensible y se encendió otro, con la luz emitida se imprimió la imagen del primero. Luego el fósforo quemado pasó a ser el motivo del segundo fotograma, que a su vez se registró con la luz generada por un tercero, y así sucesivamente hasta utilizar los 222 fósforos que vienen tradicionalmente en una caja. Repetto no utiliza cámara ni máquina ampliadora para concebir estas fotografías.
Para Experiencia telesensible, el artista utilizó como fuente lumínica el display y el teclado de cuatro teléfonos celulares, uno por cada fotografía. Coordinadamente, un equipo de cuatro fotógrafos envía mensajes de texto al celular, la cantidad de mensajes recibidos determina el grado tonal de la imagen final. Los mensajes fueron emitidos desde cuatro lugares distintos: Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires (capital y provincia) y recibidos en Córdoba capital.
Repetto expone un hallazgo conceptual en su serie Disección de lilium, donde en lugar de exponer una imagen presenta una interpretación escrita, certificada en términos legales por un escribano. El fotógrafo empuja a los espectadores a una reflexión sobre la desacreditación de la fotografía, pero también construye un mensaje irónico sobre el analfabetismo visual: pocos son capaces de armar un discurso en base a una imagen.
La obra Desnudo, una performance realizada en vivo en la sala de exposiciones de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Córdoba, requirió de dos horas y cuarenta minutos de exposición sobre papel fotosensible. Una modelo de la cátedra de dibujo prestó su silueta, en una pose sentada, para crear una fotografía de 2 x 0,75 metros. La misma técnica utilizó en Estilitas, una modelo posó de pie casi siete horas sobre un papel heliográfico de 1,20 x 3 metros centímetros; la obra se concretó por proyección directa de sombra. Esta pieza fue realizada en vivo en la sala del Cabildo Histórico de Córdoba.
La obra Ombretipo requirió de nueve horas y media, exactamente el tiempo que una mujer durmió sobre una cama fotosensible de 1,9 x 0,9 metros. El resultado es la silueta de la mujer en distintas capas registradas por el movimiento del cuerpo durante de exposición.
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Imágenes de Gerardo Repetto
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viernes, 18 de junio de 2010
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1 comentarios:
Una belleza!!!
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