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arte contemporáneo - biografías inéditas - ensayos


André y Michel Décosterd

Son dos hermanos, ambos artistas plásticos, la diferencia es que uno de ellos es compositor y el otro arquitecto. Los suizos André y Michel Décosterd integran la dupla Cod.Act, una base de operaciones para sumergirse en los enigmas de la música algorítmica, la ingeniería, la escultura y el arte interactivo. Sus creaciones evocan el universo industrial, se caracterizan por un uso racional de los materiales, pero tuercen los objetivos hacia obras multidimensionales, de parámetros variables y definitivamente antifuncionales. Son dispositivos que decodifican el movimiento en sonidos, a partir de un trabajo minucioso del espacio y de las tecnologías aplicables a la cinética.

Cod.Act está, en este momento, de gira por el mundo con su reciente obra Pendulum choir (2010 - 2011) [Coro en péndulo], un trabajo original coral para 12 voces a capella y 24 bases hidráulicas. Los cantantes se ubican sobre las plataformas, que tienen la capacidad de inclinarse en todas direcciones; de esta manera, el coro se convierte en un conjunto en movimiento. Los artistas comentan que la intención es generar una plasticidad comparable al de un organismo vivo, simulando la dinámica de un gran pulmón, con sus alvéolos y orificios internos, representados por los cantantes, quienes emiten sonidos, debido a los flujos de aire que pasan por ellos. Las piezas que interpretan evocan diferentes significados, siempre vinculados a la respiración, pero desde una óptica pluricultural: analizan texturas musicales y su capacidad de combinar voces de acuerdo con los movimientos de contracción y dilatación de sistema respiratorio.

El gran hit de su catálogo es Cycloïd-E (2010), una escultura cinética inspirada en la observación de los fenómenos físicos, químicos y mecánicos; está integrada por una base, un eje central y cinco tubos metálicos, dispuestos escalonadamente, que giran unidos en sus extremos, guiados por un motor aleatorio que regula la velocidad de giro y la dirección. Con cada oscilación, el Cycloïd-E genera un sonido, a medida que van variando sus movimientos los sonidos se interconectan generando melodías y notas de tono espectral. Su comportamiento es fascinante, la trayectoria del brazo está librada al azar del motor y a la trasferencia cinética de los segmentos. El diámetro total de la escultura es de unos 10 metros.

Según explican los hermanos Décosterd, el sistema de armónicos de la obra fue desarrollado a partir de un estudio de frecuencias. En primer lugar se registraron breves frases musicales de instrumentos acústicos como el clarinete, violonchelo, violín, piano y percusiones varias. En un segundo paso se analizaron los tonos para extraer la frecuencia y la amplitud de cada armónico. Durante la actuación, los osciladores juegan con estos valores que, físicamente, son ejecutados con los movimientos del brazo. “Tratamos de reproducir los movimientos ondulatorios mecánicos que eran visibles y similares para el desarrollo de una onda de sonido, pero, obviamente, en otra escala de frecuencias”, señalan.



Por su parte, la obra ex pharao (2006) apela a conceptos más complejos, donde se evidencia el dominio académico del grupo sobre el estudio musical y la puesta en escena del sonido. Los artistas proponen una reinterpretación de la ópera Moisés y Aron, del compositor Arnold Schönberg; modifican los parámetros líricos y dramáticos en tiempo real a través de un mecanismo compuesto por cables y palancas hidráulicas. El espectador tiene la capacidad de manipular los elementos electrónicos que emiten el sonido, de esta forma se convierte en director y actor de la ejecución.

La instalación consiste en un pasillo delimitado por dos cables paralelos, donde suceden las escenas de la ópera. Los extremos de cables sirven de comando para mover dos estructuras equipadas con altavoces que representan la voz de Moisés y de Aarón respectivamente. Al entrar en el pasillo, el espectador se enfrenta a los dos profetas; pulsando los cables modifica la estructura acústica general, por lo tanto actúa en la expresividad de la orquesta y el coro. El visitante avanza por el pasillo, las voces de Moisés y Aarón se entrometen, hablando, desatando la clásica discusión que signó, según los textos sagrados, el destino del pueblo de Israel.



Un año antes desarrollaron Hotschkuss, una instalación donde investigan el potencial del sonido en movimiento. El funcionamiento es simple: dos intérpretes operan cuatro unidades de propulsión, accionan palancas que expulsan cuatro misiles que se deslizan por el suelo equipados con altavoces. De acuerdo con la velocidad y la textura del piso, van generando sonidos que se emiten y se transforman en tiempo real. El ritmo está dictado por operaciones repetitivas y se van combinando para formar una obra musical improvisada. La estructura se basa en la eficacia de la ingeniería balística, en la descarga de los disparos y las deflagraciones metálicas. La acción dura aproximadamente 20 minutos.



Desde 1999, año de su debut, la dupla fue sofisticando sus creaciones, especialmente en la elección de los soportes y en el diseño de sus comportamientos. Es claro que la evolución en el desarrollo de materiales ls permitió elevar la apuesta e incorporar elementos conceptuales en sintonía con la gramática contemporánea: ciencia, interacción, arte. Aún así, cabe destacar que las propuestas, las ideas en sí, son cada vez más amplias, lo cual dispara un abanico de interpretaciones más sólido y sintético.

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