Para la artista holandesa Jalila Essaidi la piel no sólo es la superficie del cuerpo, también es un laboratorio de experimentación artística. Su proyecto Transgenic skin: 2,6g 329m/s [Piel transgénica: 2,6g 329m/s] dio un paso realmente polémico: logró crear piel humana antibalas. La obra explora en profundidad vértices sociales, políticos, éticos y culturales íntimamente relacionados con la idea -el concepto- de seguridad.
El proceso de realización fue complejo, puntualmente por los materiales que necesitó, algunos casi imposibles, por ejemplo una cantidad importante de seda de gusanos transgénicos. La artista tuvo que transferir artificialmente componentes genéticos de una araña al adn de un gusano de seda. El insecto logra producir entonces una proteína específica que utiliza para generar un hilo 80% más resistente y flexible. También utilizó células de piel humana.
El punto de partida de Transgenic… fue una entrevista donde se explicaba cómo se había clonado una cabra para que se produzca la proteína de la seda en su leche. El hilo que se consigue -proceso mediante- es diez veces más fuerte que el Kevlar, utilizado para los chalecos antibala. Essaidi analizó la posibilidad de modificar directamente la piel humana. Y avanzó hacia ese objetivo. Primero le dijeron que era imposible, pero a fuerza de investigar logró la síntesis buscada. “Me puse en contacto con el bio.art y la verdad es que me desilusioné, porque la mayoría de los proyectos existen sólo como concepto. Por lo tanto, mi principal objetivo era llevarlo al nivel real, no quería seguir siendo un concepto, yo quería mover la frontera transhumana, hacer que se vuelque. Y con la piel a prueba de balas fue posible”, apunta.
La artista comenta que sintió una sensación muy particular cuando tuvo en su poder las células de la piel de otro ser humano, a sabiendas de que iban a desarrollarse para participar en un proyecto artístico. Pero en ningún momento pensó que era algo incorrecto, al contrario, entendió que, en general, el temor surge por perder el control de la definición de lo que está mal. La ingeniería aplicada a los tejidos con fines artísticos -resalta- ya es un hecho consumado, permite una aproximación muy potente con el espectador, sube el tenor de las discusiones contemporáneas y aumenta la repercusión conceptual.
El proyecto resultó ganador del certamen Designers & Artists 4 Genomics Award 2010 (da4ga).
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