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Nils Völker


La obra del artista alemán Nils Völker  abarca temáticas profundas como la percepción visual, la cinética y las transformaciones del espacio consecuencia de la intervención tecnológica. Trabaja sobre objetos y actividades simples, los reinterpreta, los traslada a un plano complejo e interactivo. Sus instalaciones están influenciadas por el diseño industrial y experimentan en el campo de la robótica.

Recientemente expuso en Berlín  Captured - A homage to light and air (2011) [Capturado - Un homenaje a la luz y el aire]. En las cuatro paredes de una sala de amplias dimensiones cuelgan 304 páginas diseñadas y enmarcadas, rodeadas por una superficie de 252 bolsas inflables de plata. Las dos elementos están conceptualmente interconectados y se relacionan desde la manipulación de la luz, el sonido y el aire en una performance robótica que dura aproximadamente doce minutos.

Las páginas, diseñadas por Sven Völker, narran en cuatro capítulos escenas de lo intangible, el volumen, la frontera y lo efímero. Völker programó el comportamiento de las bolsas para crear secuencias en sintonía con el ritmo de los capítulos, del mismo modo controla el sistema de luces para intensificar la dramaturgia y el enlace entre todos los elementos. Fue un trabajo que les ocupó más de tres meses, trabajó un equipo completo de programadores e ingenieros informáticos para configurar con precisión cada movimiento.



Captured... tiene su origen en One hundred and eight (2010) [Ciento ocho], una instalación interactiva realizada con bolsas de basura. Una serie de microcontroladores que infla y desinfla las bolsas de un modo selectivo a través de dos ventiladores de refrigeración que interactúan con el movimiento de los espectadores. Se enciende y se apaga si alguien ingresa al espacio dinámico delimitado por los sensores. Es una obra de fuerte presencia plástica, que necesita de una iluminación muy precisa para lograr su efecto visual.  



La instalación Makers & spectators (2009) [Fabricantes y espectadores], una de las que mayor repercusión ha tenido, fue exhibida por primera vez en un espacio de arte contemporáneo de Eindhoven. La intención es examinar la percepción humana y su forma de construir la realidad. El proyecto fue realizado mancomunadamente con el diseñador holandés Christien Meindertsma.

El dispositivo reproduce electrónicamente los mecanismos de la vista: un sistema de seguimiento registra el movimiento de los ojos de un espectador mientras observa fotografías de diferentes objetos. Un robot, construido con piezas de Lego, que cuelga del techo sobre una gran pila de papel hace un punto por cada sector donde el espectador ha detenido su mirada. El resultado es una imagen de gran formato que exhibe cómo los mismos objetos han sido percibidos de manera diferente.

Cuando Völker creó esta pieza no tenía demasiados conocimientos informáticos ni electrónicos, su único objetivo fue lograr que la gente se acerque en clave lúdica, que interactúe jugando. La elección de utilizar Lego fue algo casual, y sin quererlo tomó un significado propio y profundo. “Estas máquinas se dejan ver cómo algo simple, que todos los niños pueden construirlo, pero si nos fijamos en los detalles hay cierto grado de agradable complejidad”, apunta.



También en 2009 Völker desarrolló Lightdrawing [Dibujo de luz], un robot que literalmente dibuja con luz en el aire. El mecanismo está equipado con luces de colores RGB instaladas en la cara superior y una ingeniosa plataforma de tres ruedas que le permite trasladarse con total libertad. A medida que el robot se mueve, una cámara fotográfica, estática, toma una imagen con tiempo de exposición largo. La fotografía se envía luego a un ordenador, donde se ecualiza y se expone en formato de video. Pero lo más interesante es que se puede realizar el proceso en sentido opuesto, es decir, cargar una imagen en el ordenador y convertir esa imagen en datos que mediante un sistema inalámbrico se conviertan en los movimientos del robot. Los colores y los valores se trabajan en base a regular la intensidad de las luces.



El mismo principio utilizó en Varations on Pi [Variaciones sobre Pi], que luego se tradujo en cincuenta obras exclusivas y limitadas. Cada uno de los cuadros se basó en un rango diferente de los sucesivos decimales del número pi (3,14159...) que es la constante matemática que entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Una máquina, equipada con 16 LEDs, se mueve alrededor de una foto con extensos tiempos de exposición, en una toma cenital. Los decimales definen dónde se dibuja un círculo, los colores y el ángulo del movimiento. En total, se utilizaron 3861 decimales para crear toda la colección. Cada fotografía, de 40 x 40 centímetros, se reproduce una única vez, en papel fotográfico mate, y se firma en la parte trasera.



Por fuera de todo concepto artístico, el artista se dio el gusto de trabajar en Spherical robot (2009) [Robot esférico]. Tal cual señala el título de la pieza, se trata de un robot en forma de bola, inspirado en el Lego Mindstorms NXT. Se mueve en cualquier dirección, por la simple e ingeniosa rotación de la masa interna, en sentido horizontal y vertical. Se acciona mediante un control remoto que emite señal bluetooth. Völker lo explica sin demasiadas vueltas: “¿Sentido profundo y objetivo? Ninguno. Es sólo un montón de diversión toda junta”.



Actualmente, Völker está experimentando con espejos y una nueva metodología de refracción lumínica que permite manipular la percepción visual de los colores y el movimiento.

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