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Charlotte Jarvis: manzanas y derechos humanos

Desde tiempos inmemoriales, la manzana arrastra una carga metafórica intensa, los que creen incluso le inculcan una prohibición divina. La secuencia es un lugar común: el jardín del edén–Newton–The Beatles. No es casual la elección de la artista Charlotte Jarvis para su proyecto Blighted By Kenning [*], manzanas intervenidas con una secuencia de ADN que representa la Declaración universal de los derechos humanos. Es decir (decir de alguna forma, otra vez la metáfora), mientras uno come la manzana está incorporando el documento adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas que reúne los derechos básicos de todos los seres humanos.

Se trata de un obra de bioingeniería que comenzó en febrero de 2012. Las manzanas fueron extraídas de un pequeño cultivo ubicado cerca del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Posteriormente fueron enviadas a laboratorios de análisis genómico de distintas partes del mundo para incorporarles el ADN sintético con la codificación pertinente.


El proceso es bastante simple y se utiliza con frecuencia. Cada letra del alfabeto está representada por un codón [un codón es el orgánulo celular que sintetiza las proteínas a partir de aminoácidos con la información contenida en el ácido ribonucleico (ARNm) que es el que contiene la información genética procedente del ADN]. Entonces, “Article one” [Artículo uno] podría escribirse en el genoma con el siguiente código: GCTCGTACTATTTGTTTAGAAAGAATAAATGAA. Y así sucesivamente, cada palabra de la declaración tiene su codificación. Con el ADN terminado se generó una sustancia con la cual se roció las manzanas. Es una sustancia muy estable que puede permanecer en la superficie de la fruta durante décadas.



La artista se comió uno de los ejemplares durante la inauguración de la muestra, a principios de agosto del año pasado. El montaje contempló trece manzanos intervenidos genéticamente, uno de ellos con una manzana encapsulada en una caja de blindex. También se expusieron los gráficos de la cadena de ADN en 3D, su codificación por escrito y cuatro videos con comentarios de investigadores relacionados con el desarrollo científico. Todos brindaban un análisis sobre Blighted By Kenning, lógicamente.



Jarvis explica que diseñar una código de ADN a partir de la Declaración universal de los derechos humanos es lo mismo que producir potencialmente una proteína de derechos humanos que se incorpora al cuerpo. En el sitio oficial del proyecto, la artista posteó las cartas que fue enviando para concretar su idea. Habló con curadores, artistas, periodísticas e investigadores comprometidos con las ciencias de la vida. En los textos se encuentra la respuesta a los desafíos –éticos y prácticos– que se plantearon cuando la obra comenzó a articularse.

La muestra giró por el norte de Europa. Los fondos para desarrollar la investigación, las piezas y el montaje fueron otorgados por el Arts Council England y distintas entidades holandesas.

* El verbo blight significa marchitar. Kenning, por su parte, es una figura retórica característica de la literatura nórdica entre los siglos IX y XII, muy similar a la sinécdoque: una parte se utiliza para nombrar el todo. El juego de palabras del título hace referencia a algo que se marchita por reducir el todo a sólo una parte.

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